Al cierre de la tradicional fiesta de jineteada, El Fortín San Pedro volverá a poner en juego uno de los premios más comentados del interior bonaerense: un lote de 20 terneras que, por su valor y características, despierta interés tanto entre productores como entre vecinos que participan del sorteo sin experiencia ganadera. Según estimaciones actuales, el conjunto supera los $ 16,5 millones, lo que convierte a este segundo premio en uno de los grandes atractivos del evento. Desde la organización explicaron que cada animal pesa aproximadamente 160 kilos, totalizando unos 3.200 kilos de ganado. Con valores de mercado cercanos a los $ 5.200 por kilo vivo, el premio adquiere una dimensión económica notable dentro y fuera del ámbito rural. El Fortín ofrece una alternativa para quienes no puedan hacerse cargo de los animales: la posibilidad de recibir el monto equivalente en efectivo. Del campo al engorde: cómo es el proceso productivo Fabio Morreres, productor e integrante de la entidad, detalló que las terneras se encuentran actualmente “a campo”, donde deben alcanzar los 200 kilos alimentadas con pasturas. “Una ternera engorda alrededor de un kilo diario, por lo que se necesitan unos 40 días para iniciar la siguiente etapa”, señaló. Ese segundo tramo corresponde al engorde a corral, orientado a obtener un novillo liviano de alrededor de 310 kilos. “Para eso se requiere el alimento adecuado y un proceso de aproximadamente 80 días, tal vez algo menos para una vaquillona”, agregó Morreres. Un sorteo que combina tradición y grandes premios Además del lote de terneras, la rifa ofrece un primer premio que también genera enorme expectativa: una Renault Duster 0 km, valuada en unos $ 47 millones. Quienes compraron su número al contado participan, además, por un premio especial de $ 4 millones. La rifa de El Fortín San Pedro mantiene una esencia única: combina tradición rural, fuerte convocatoria y premios que, año tras año, adquieren un valor económico destacado.  Opinión pública La posibilidad de convertir un premio rural en efectivo demuestra una adaptación necesaria a los nuevos tiempos: la tradición se mantiene, pero se abre la puerta a que cualquier vecino —con o sin campo— pueda disfrutar de la misma oportunidad. Esa combinación entre historia, inclusión y economía real parece ser la clave del crecimiento constante de este clásico sampedrino. NORTE HOY - www.nortehoy.com.ar Con información de La Opinion Semanario