La trágica historia de la Estación Caminera del ACA en Río Tala: 75 años de memoria reducida a escombros Este mes se cumple el 75º aniversario de la inauguración de una de las estaciones de servicio más emblemáticas que tuvo el país: la Estación Caminera del ACA en Río Tala. Ubicada en el kilómetro 154 de la Ruta Nacional Nº 9, su construcción comenzó en 1948 y finalizó en 1950, cuando la carretera todavía era de tierra. Fue parte de un ambicioso plan nacional del Automóvil Club Argentino en alianza con Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), destinado a poblar las rutas argentinas con estaciones modernas que no sólo ofrecieran combustible, sino también un punto de referencia arquitectónica y cultural para el incipiente turismo automotor. El diseño estuvo a cargo del arquitecto Antonio Ubaldo Vilar, figura clave en la historia del ACA. Sus estaciones se distinguieron por un estilo singular, con marquesinas metálicas, murales del mapa argentino y la figura simbólica del agente de tránsito, ícono institucional del club. La de Río Tala, conocida como la “Estación 179”, combinaba ladrillos, chapas acanaladas de fibrocemento y techo de tejas. Bajo su amplio alero se ubicaban los surtidores, mientras una abundante forestación ofrecía un oasis para los viajeros. Sus primeros trabajadores fueron Antonio Di Pierro como encargado, y los despachantes José Unamuno y Roberto Domínguez. Décadas más tarde, la administraba Roque Padilla, con un equipo de mecánicos, gomeros y despachantes. Con la transformación de la Ruta 9 en autopista, en 1979, la estación perdió su función original. Aun así, siguió viva en la memoria colectiva: fue sede universitaria en los 90, escenario del Rally Mundial en 1980 y 1982, e incluso obrador de una empresa vial. Sin embargo, todo ese legado se extinguió la madrugada del 29 de diciembre de 2024, cuando un incendio intencional redujo a cenizas lo que quedaba en pie. Para el arquitecto Adrián Mallol y Moretti, investigador de la Universidad Nacional de Córdoba, el edificio debió haber sido declarado patrimonio cultural protegido por su "fuerte carga simbólica". Hoy, sólo quedan escombros junto al playón. Lo que alguna vez fue símbolo de progreso y diseño federal, se transformó en una postal de abandono. Una deuda con la historia La destrucción de la Estación Caminera del ACA en Río Tala no solo es una pérdida arquitectónica: es el reflejo de un país que aún no valora lo que construyó en su pasado. Mientras otras naciones transforman sus íconos viales en museos y puntos turísticos, en Argentina el patrimonio muere sin resistencia. El silencio del Estado frente a este hecho es un grito doloroso para quienes aún creen que recordar también es construir. NORTE HOY