NORTEHOY— El nuevo incendio registrado en el basural reavivó el malestar histórico de los vecinos de La Tosquera, quienes una vez más denunciaron que el humo permanente hace que la vida diaria en el barrio sea “prácticamente insostenible”. En diálogo con La Opinion, remarcaron que la situación dejó de ser un hecho aislado para convertirse en un problema crónico que afecta la salud de niños y adultos. El estallido de este reclamo se dio tras el foco ígneo del viernes, que volvió a cubrir gran parte del sector con una densa nube de humo. “Cuando necesitan votos se acuerdan de nosotros y después por dos años se olvidan”, expresó uno de los residentes, cansado de convivir con la misma realidad desde hace años. La desesperación llevó a un vecino a caminar entre el humo y sobre el suelo aún caliente para mostrar las condiciones en las que viven. “Es todos los días lo mismo. Hay una retroexcavadora trabajando, pero no alcanza. Nadie puede vivir así”, señaló. Cristian, otro vecino afectado, describió con preocupación lo que atraviesan las familias del lugar: “Esperamos que mejoren la situación. Es imposible sufrir lo que pasamos. Tenemos hijos chiquitos y este humo enferma a grandes y niños”. Su testimonio refleja la angustia de una comunidad que siente que espera respuestas desde hace demasiado tiempo. Tal como ya se había informado, el sábado también se había registrado un incendio de gran magnitud en la misma zona, un episodio que lamentablemente se repite debido al gas que producen los rellenos y a la presencia de materiales fácilmente inflamables. Aunque en esta ocasión circularon sospechas sobre un posible inicio intencional, lo cierto es que el escenario se repite con frecuencia y mantiene en alerta a cientos de familias. Los vecinos remarcan que cada nuevo incendio profundiza la sensación de abandono y que es necesario un abordaje serio, sostenido y definitivo para frenar un problema que ya dejó de ser ambiental para transformarse en social y sanitario. Opinión pública: Para la comunidad de La Tosquera, la situación dejó de ser un reclamo barrial para convertirse en un llamado urgente a las autoridades. El pedido de los vecinos es claro: una solución real y de fondo que permita recuperar condiciones mínimas de vida. Lo que ocurre en el basural no es un episodio aislado, sino un síntoma repetido de un conflicto ambiental que requiere decisiones firmes y un compromiso sostenido del Estado. NORTEHOY — www.nortehoy.com.ar
