Hace un año, en medio del acto por el Día del Bombero Voluntario celebrado en el cuartel de calle Alvarado, apareció Holmatro, un perro negro, hambriento y desorientado. Desde ese momento, y sin que nadie supiera de dónde provenía, se convirtió en un miembro insustituible de la Central 80 de Bomberos Voluntarios de San Pedro. Conocido ya como Holmatro, en homenaje a la emblemática herramienta que utilizan los bomberos para rescates, este perro de raza indefinida, pero con alma de bombero, acompaña con fidelidad cada llamada de emergencia y vigila el cuartel con dedicación. Su presencia no solo genera ternura, sino también respeto y admiración entre los integrantes del cuerpo activo. Atento a cada sirena, al primer clic del handy, Holmatro corre a la salida del cuartel, siguiendo a las unidades en las salidas urgentes y acompañando a su equipo en cada desafío. Su alimentación es cuidada por los mismos bomberos y veterinarios, quienes mantienen al día su salud, pese a que su edad real es un misterio — se estima que tiene entre cinco y siete años. Además de su trabajo como guardián y compañero, Holmatro forma parte de las rondas nocturnas, aunque confiesa cierta timidez ante lo desconocido. Su uniforme, con jinetas que lo reconocen como ayudante de cuerpo, lo identifica como parte oficial de la institución. La historia de Holmatro no solo es un símbolo de lealtad y trabajo en equipo, sino también un recordatorio del vínculo especial que puede formarse entre humanos y animales en las circunstancias más desafiantes. Diario NORTE HOY Opinión pública: Holmatro ha trascendido su condición de perro callejero para convertirse en un emblema vivo del coraje y la dedicación que representan los Bomberos Voluntarios. Su historia emociona y fortalece el sentido de comunidad en San Pedro, reforzando el compromiso ciudadano con quienes protegen a la sociedad.